Hambre
y decisión
Por León Ignacio Ruiz Ponce
Tres empresarios, tres empresas, tres ejemplos, constituyen el nuevo capítulo
de “Vida Empresarial a la Veracruzana”, libro presentado exitosamente por el
Instituto de Investigaciones y estudios superiores de las ciencias administrativas
(iiiesca) de la Universidad Veracruzana, que reunió a un numeroso público ávido
de conocer los “secretos” de las empresas Del Café de la Parroquia, Mole
Xiqueño y el Asadero Cien.
Fue el gastronómico Cienfuegos, quien afirmo que la base y reclamo es “el
hambre”, debe tenerse hambre (y no precisamente
hambre estudiantil), no, enfatizo el empresario, “hambre de vencer, hacer,
crear y triunfar”, salir adelante, como premisa fundamental, por su parte el
Hombre del mole “Xiqueño” quien anuncio que ya llegan a “50 mil kilos de
ventas”, explico y detallo como una empresa que comenzó “cuando mi madre vendía
pollo” y que por la tenacidad y pese a los obstáculos, se perfilo en la mejor
“marca” y ahora en el mercado el “mole de mayor venta”, es sabroso y felizmente
reitero, “la base es la prueba” a donde
voy, a donde vaya, siempre tendré “un tamalito” para que lo prueben y esto,
asegura la venta, En el caso de la famosa cafetería porteña que entre otras, ha
hecho turísticamente atractivo a Veracruz, con su “tintineo” que se produce
cuando en una cálida mañana atiborrada, como se hizo costumbre, los
parroquianos, oían, (sin poner mucha atención) un repique de campañillas que venía
de la calle, pero el visionario y siempre activo “patrón”, dijo de inmediato a
Joel: “rápido, lleva su café al tranviario, que está por llegar a la esquina”,
efectivamente, a eso de las 6 y 20 de la mañana, Tomy, el querido Tomasito,
guiando su tren, pasaba mero enfrente a la Parroquia, y hacia tocar su tin tin
neo, hasta que del Gran café, salía presuroso el diligente mesero Joel, para
darle el calientito vaso y su servilleta, al operador del tranvía, que al
retorno regresaría el envase y hacia el pago respectivo…así sucedía, y
acostumbraba, hasta que una mañana de esas atiborradas, el tin tineo no se
escucho, no se oía…los parroquianos notaron el nerviosismo del “patrón”, quien
preocupado y presuroso ordeno a Joel, “anda ver a ver, asómate, que pasa con el
tranviario…” Al salir y percatarse de que el tren no era conducido por el
conocido Tomy, cuestiono al operador: “y el Tomas?” : murió anoche. …!
Triste y apagado Joel, informo de inmediato al “patrón”, El Tomi murió
anoche - si, le dijo-
Dice el operador, que el tranviario murió anoche…
El “patrón” con tono triste y apagado, informo a los cafeceros, “nuestro
amigo, murió…”
Entonces de manera espontánea y agridulce, tomaron todos las cucharitas y
las estrellaron contra los vasos de cristal, haciendo sonar y sonar el repique
y así nació el tintineo, como un homenaje “al tranviario que hacía sonar su
corazón antes de llegar al café”. La
empresa, a explicación detallada en esta interesante sesión universitaria, dio
a conocer el desarrollo de la exitosa empresa que, fundada primero como una
tienda “del caballo” luego evoluciono hasta que una calidad mañana, un hombre
dispuesto y empeñado en regresar a España, “en un convertible rojo” le dio el
impulso que a la fecha le da la
categoría y prestigio de calidad, calidez y servicio, “el café que sirve el
capitán Fernández, es de Córdoba, Hatusco y Coatepec”, con ello, los productos
veracruzanos son la base del éxito.
Estudiantes y profesores, encantados de las amenas y aleccionadoras
exposiciones, sonrieron y agradeciendo (que en el día de los muertos) el
“xiqueño” ya tenía ricos tamales y chocolate para disfrutar en esa rica
reunión, el éxito Veracruzano está en la combinación de Empresa-Universidad que
vinculados de manera magistral, den a conocer el qué y el cómo se logran
grandes proyectos que comenzaron desde el “hambre” hasta la persistencia del sabor,
calidad y servicio.
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